Infiltrándote en mis caderas cual hiena devoras mis curvas vigorosas de éxtasis juvenil cuando en matinal saludo me despierto en la negación de la no realidad que con besos oscuros me dañan, apolillan mis ideas y vuelvo a pensar en ti: maldito conocido que me dañas con lujuria, y añejándome voy a mis recuerdos mortuorios. Camino tambaleante vacilando por la ciudad, en la penumbra me incluyo al comercio de la otredad sexual, otros me miran, otros somos, otros lascivos más y en las miradas me escabullo altivo enano merodeo y pienso, pienso, vuelvo en ocio en pajas mentales que me hieren, flagelándome con cortes imperceptibles que no quiero que vean los escondo pero mi mirada se tizna, con un velo tapo mis intenciones ...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario