En el crujido de mis sienes retoba el eco de tus besos amorosos en hiel violácea, luto de mentiras y promesas falsas. Como tan ciego en no leer el lenguaje de tus convulsiones nerviosas, también tú frío, ahora pienso en lo ajeno que fuiste inoportuno amante que con invierno botaste los botones de mi primavera enamoradiza y ésta flor que ahora mi cuerpo digno despechado pisa en arrebato de injurias porque el destino vence con soledad aquel espacio que insoslayable grita por albergue, ese rincón que olvido para que no me sepulte la penita…
jueves, 21 de mayo de 2009
ai mis ju
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