Morochito con febriles miradas me llama, lo llamo de pronto nos contestamos, vamos y reímos más, mas que nada la presencia desconocida del visitante nos hace perder los miedos y dejarnos caer por la tentación de nuevos aromas pueriles. Esas miradas afiladas palpitantes entre castaños pestañeos del otoño que en lluvia me allega a tú compañía compañero. Jugamos a desnudar intenciones, con morbo alimentamos fantasías/deseos/anhelos/cariños/piel y entonces es cuando me como tus labios con ansia lujuriosa cariñosa abrigándome en tus brazos inhalando tus aromas (sus aromas también…) siento la confianza de un amigo-ni-tan-amigo pero real, realmente me gusta la idea de verlo, y mirarlo con indiferencia distante por que no pretendo incomodar
“me siento incómodo, estando incomodo y haciendo sentir a alguien incómodo”
Me arropo en ideas del conocimiento del tiempo descubriendo tal vez, soñando a un alguien un agente lejano que revuelva mis tripas en el fervor de una loca aventura atrevida donde me atrevo y cojo la mano y luego me hundo profundo por pliegues que no me pertenecen, pero como siempre, caigo en des-ventura...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario