Mi cuerpo calla en el gélido invierno, escucho los problemas del mundo, y tanto dilema me agarra, como cual hiena mi carne viva, risotadas de placer que atenúan mi desconsuelo, y yo no-virgen, profano entero, vagabundo lascivo, lince de noche persigo mi suerte. El habla –bla, bla, bla…-y rabia tengo, pistola en mano, mis ojos lloran pero ya no tirita mi mano; le miro, le rio y bum!!! Se desploma cual plomo peso muerto ¡cállate! –Le grito- en el silencio de mi mente sudo, abro los ojos, soñaba despierto.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario